Una rosa como el corazón.

Una rosa como el corazón.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Memorias de un Loco Poeta

Memorias de un Loco Poeta.

Cuando entre a ese lugar, creí haber escuchado una voz… que me susurraba, que me suplicaba que no entrase. Allí solo se veían lapidas de roca… en hilera, sin fin.
Me llamo la atención una entre todas ellas… simple y demasiada común, a mi parecer, con respecto a las demás, que, por desdicha, aunque resaltaban su tonalidad y diseño, habían sufrido un grave deterioro.
Esta lapida, no tenia nombre… solo había un grabado escrito en otro idioma, que apenas podía ser entendido. Limpie la chapa colocada en la lapida, y pronuncie su grabado:
-Nichtmerhdasein.
Por supuesto que no lo entendí… trate de averiguar de quien era aquella tumba accediendo al guardia, pero me dijo que nunca dejaron el nombre del supuesto hombre que allí yacía… solo, que cuando lo enterraron, habían quitado de su camisa, un naipe, y que ese naipe lo guardarían en el almacén de ese lugar… del cementerio. Nadie… había visto el entierro.
Volví a mi hogar, tratando de quitar de mi cabeza la loca idea de ir a conseguir ese naipe… pero no, solo quise seguir mi vida, junto a mi esposa, y su padre, que se alojaban en mi hogar.

Me desperté por la mañana, me levante con mucho sueño, y dolor de cabeza… pensando en muchas cosas raras. Al principio me sentí muy raro, pero luego me acostumbre… parecía estar deprimido de alguna manera, arto de la vida, cansado de existir… y vulnerable, ante toda consciencia que se propusiera aniquilar mi ser.
Solo… sentado sobre mi cama… escuchando el silbido de la atenuante lluvia que aturdía mi mente. Empecé a razonar… todo y absolutamente todo lo que me rodea, son lazos de incoherencia entrelazados, formando coherencias… y todo lo que anhelo en esta vida, ya no es nada.
Ya lo único que me proponía era averiguar sobre este naipe. Me dirigí hacia el cementerio y pedí permiso al guardia, para que me dejara acceder al almacén.
Todo estaba oscuro… con suerte puede distinguir al guardia, que llevaba un farol con luz apenas visible, y lo seguí lo mas que pude. Llegamos a un rincón, en el que se encontraban varias cajoneras con nombre, y algunas sin nombre. El guardia escogió una sin escritura, y me indico ser esta la que yo buscaba… me dejo solo, y se fue sin antes darme instrucciones de cómo salir.
Solo un pedazo de hoja y una pequeña caja con forma de rectángulo era lo que había en ese cajón. Primero tome el papel, y me sorprendió el parecido de la letra en la que este estaba escrito, con la letra en la que yo escribo. El papel decía:

-Quisiera arrepentirme de lo que voy a confesar… pero, ¿Qué mas da la vida cuando uno esta por morir?...
Antes de que coloque este pedazo de papel en mi tumba, quisiera purificarme, y liberar, todos los impulsos y pecados que dieron razón a la desdicha de mis últimos años de vida, confesando así… que si la ame, pero que nunca… pude sentir su cariño hacia mi.


Luego de leer el papel, lo guarde, y tome la pequeña caja. Allí adentro solo había una carta, y debajo de la carta, una sortija, que al parecer nunca se había utilizado. La carta era una carta rara… se parecía a una carta de tarot, utilizada para revelar un futuro poco distante, por lo que poseía un dibujo muy raro, y… la sortija, era común y corriente, valiosa por la apariencia.
Todavía no concluía nada dentro de mi mente, seguía pensando… quien podría haber sido ese hombre, o como podría haber muerto.
Investigue, pero nunca nada. Es como si hubiera muerto… pero a nadie le haya importado o afectado, como si no hubiera sido nadie… alguien que se hubiese asesinado, por temor… a si mismo.
¿Por qué estoy llorando?, no lo podía creer… solo pensar… que una persona como esta se pareciera tanto a mi… a mi desdicha.

En ese momento, sentí un pulso profundo en mi ser. Quede perplejo de todo lo que había dicho… quede… inconsciente, de solo razonar, y de concluir la idea de que ya me había cansado de sufrir por los demás, de que… el amor que sentía ante todo lo que conozco… se había convertido en cada una de las razones por las que no debería existir.

Inconsciente y desvelado… volví a mi hogar. Allí estaba mi suegro, tirado en el suelo
Agonizando, y mi esposa arrodillada, tratando de recuperar la conciencia de su
Padre, que había sufrido de un paro cardiaco.
Sin pensarlo dos veces… tome una pequeña navaja que se encontraba dentro del cajón de mi mesada, y me arrodille junto a la espalda de mi esposa, disimulando no saber nada. En ese instante… solo saboreé pronunciarle las palabras más preciosas que existían al oído… Te amare por siempre.
Solo en un suspiro, acerque mi mano derecha, deslizándola por su espalda, hasta el cuello de mi amada… y le corte la garganta.
Solo… inmovilizado… inconsciente y paranoico… ante el cadáver de mi esposa, y el cuerpo de su padre… comencé a reír desquiciada y tristemente… mientras veía como una lagrima corría sobre el rostro, de este hombre… que a causa de mi locura, llegue a llamarlo desconocido. En ese momento, el me dijo algo… parecía estar a punto de fallecer, con una cara triste y ojos entre cerrados. Me pidió… que si lo único que yo quería era lo mejor para mi… primero, buscase lo mejor para los demás. Lo mire fijo, acariciando su rostro… tape su boca, y rompí su pecho de una puñalada… ya no… ya no lo quería ver sufrir.
Grite profundamente… pensando haberlo perdido todo.

Corrí hacia el cementerio… y me arrodille en aquella lapida sin nombre… si había algo que deseaba en ese momento, era pensar que podría esta llegar a ser mi tumba.
Uno antes de morir… descubre todo lo que no recuerda… visualiza antes su mirada y en un solo momento, toda su vida, pero yo, no quise eso para mi… me imagine como era mi vida, en vez de recordarla.
Suspire profundamente… y hundí la navaja que todavía conservaba, en mi estomago. No lo podía creer, lo recordaba todo. Yo… era el que nunca, quiso arrepentirse… yo, había guardado aquella sortija que regalaría a mi esposa, yo… había escrito mi testamento en un pedazo de hoja, y yo… había escondido, mi futuro… en una carta.

Nichtmerhdasein…
No existir más…


Espero que les haya gustado... el cuento es originalmente mio.
Si apetencen descargarlo como un archivo Word: CLICK
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By Merrick Lovecraft

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