Una rosa como el corazón.

Una rosa como el corazón.

jueves, 27 de noviembre de 2008

Punto Extremo

Punto Extremo

¿Sigues con la misma duda he, camarada…?.
Porque no haberlo hecho cuando tuviste tiempo… aunque, no has perdido nada… salvarlos, o no, te llevaría hasta aquí de todas formas, ¿no crees?

Mi camarada estaba quieto, inmóvil, asintió la cabeza y suspiro profundamente.
Creí haber pasado una buena vida, o por lo menos haberla aprovechado, como para terminar aquí con mi amigo… en una celda.
Pues, no era mi culpa estar en la cárcel… veras, el fue el que me arrastro hasta aquí.


¿Quieres que te recuerde, idiota?

¿¡Quieres recordar como carajo terminamos aquí!?...

¡Fue tu culpa!

¡Tu gran y maldita culpa!

¿¡Como se te ocurre matar a un policía en un hospital, con el solo objetivo de querer saber como estaba tu familia…!?

Entiendo que te importa tanto como ami nuestra seguridad… pero aquí estamos los dos… en el mismo punto de siempre.

No me había descargado del todo… gritarle de tal forma era insuficiente, y mi ego quería y reclamaba venganza. A mi mente, acudían ideas horribles… ideas paranoicas… que enloquecían la razón de mi ser, y atormentaban mi conciencia.
Me baje de la cama rápidamente, y tome a mi compañero por el cuello, lanzándolo contra el suelo.
El estaba tirado en el piso, riendo desquiciadamente. Se levanto y me lanzo un puñetazo que pude esquivar con dificultad. Lo agarre de la cabeza y lo embestí contra el vidrio de la ventana enrejada… se rompió el vidrio en mil pedazos. Golpeo mi estomago con un rodillazo y me lanzo contra la reja de la celda. Se acerco corriendo con un vidrio en la mano y trato de clavarlo en mi espalda, pero le tome el brazo rápidamente, quitándole el vidrio de su mano, le golpee la cara y lo sostuve en el aire contra una pared.

- No lo harías…

Me replico muy serio y con voz apenas sonora.

- Claro que si… después de todo, ya no significas nada en mi vida…

Me miro fijo y dijo…

- Llegaste al punto extremo de la inconsciencia… amigo.

Sin palabras y bruscamente, clave el pedazo de vidrio en su cuello, abriéndolo en dos, y descargando toda mi fuerza en un solo golpe.Me quede lleno de sangre… pero satisfecho al fin… llorando, aunque, no me arrepiento…


By Merrick Lovecraft

1 comentario:

Unknown dijo...

Bastante bueno compañero, se observa que tiene mucho potencial por desarrollar, va muy bien encaminado.
Prosiga así.