Una rosa como el corazón.

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domingo, 15 de abril de 2012

Crisis de Fe

A veces nos damos cuenta que nuestras mentes tienen ciertos puntos armados con tal dedicación y calidad, que luego resulta muy difícil tratar de modificarlos. Nuestra mente a temprana edad es como un libro en blanco; Nuestros afectivos plasman en el lo que debe ser, no… lo que creen que debe ser. No existe lo correcto ni lo perfecto, estos son solo creaciones de la mente humana ante la necesidad de establecer los limites del caos. Estos dos conceptos solo existen dentro de una sociedad; Fuera de ella son meras letras unidad.
Quizá no necesite modificar aquellos puntos en los que la verdad y la mentira se encuentran tan estrictamente delimitadas.
Me veo falto de fe.
¿Qué es el miedo a la muerte? No precisamente el temor al fin de la vida; Tememos a perder nuestras libertades. ¿Por qué rogarle a alguien por la vida eterna, cuando no sabemos si la misma existe?.

Ocho bloques en total. Dos para elevarse, seis para el truco. Coloco dos primeros tras el altar, y los otros seis, divididos en 2 grupos a cada lado del mismo. Los tres grupos de bloques atados cuidadosamente con sogas, colgando a veinte metros de altura.

-Padre, sino le molesta preparare todo aquí abajo mientras usted sube a dar las campanadas.-

-Muchas gracias Lucius, recuerda abrir La Biblia en la pagina correspondiente a la fecha.-

-Si, padre.-

Todo estaba listo desde la noche anterior.
Se paro en la mesa de ceremonia y se coloco el arnés, cuyo revés estaba atado a la primer soga, la cual pasaba por una polea ubicada en el techo, y luego conectándose a los dos primeros bloques, unos de metro por metro igual a los otros dos grupos de tres cada uno, tras el altar. Luego se coloco las diez cuerdas de metal que encerraban el arnés aplicando fuerza en el tórax. Estas diez cuerdas divididas en dos grupos, y cada uno a la vez unido a una sola trenza de sogas, ya que de otro modo no se soportaría el peso de los dos grupos de bloques de hormigón conectados a cada soga. Con una soga en cada mano, espero el momento oportuno. Sonaron nueve campanadas. La gente abrió la puerta y se quedo atónita. Él jalo de la soga izquierda, el primer mecanismo se activo, y la soga conectada a su arnés tiro, elevándolo doce metros.

-¿¡Porque rogarle a alguien por la vida eterna, cuando no sabemos si la misma existe!?.-

Tiro de la otra cuerda. Dos trampillas del entrepiso donde estaban los bloques se abrieron a cada lado de la mesa de ceremonia. Los dos grupos de bloques cayeron rápidamente y las sogas se tensaron. Los grupos de sogas metálicas ejercieron una fuerza brutal en direcciones opuestas. Primero el cuello, otra sobre el abdomen, la tercera en el estomago, la cuarta unos centímetros debajo de la cintura, y la ultima bajo las rodillas. No se produjo otro sonido mas que el grito horrorificado de la gente ante tal sangrienta escena.

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